viernes, 27 de agosto de 2010

Placeta de San Marcos, María Victoria Atencia, El coleccionista (1979)

Amárrate, alma mía; sujétate a este mármol,

Sebastián de tu tronco, con cuantas cintas pueda

ofrecerte en Venecia la lluvia que te empapa.


Amárrate a este palo, alma Ulises, y escucha

-desde donde la plaza proclama su equilibrio-

el rugido de bronce que la piedra sostiene.


En este enlace hallaréis un comentario extenso del poema.

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